
El cursor parpadea. Una idea pasa atrás de otra. Cada palabra me señala y me dicta y me grita que la escriba. Mis ojos en la pantalla. Una línea aparece clara y precisa, intento atraparla pero se va. El cursor parpadea. Espero un impulso que mueva mi mano. Lo intento. Me repito que debo mover mi mano y no pasa nada. Siguen las palabras desfilando. Me vuelven a gritar. El proceso se repite. El cursor tambalea al inicio de la hoja que se conserva en blanco. ¿Escribir así?
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